Gay talese libros en español

No sería hasta hace unos años cuando Foos dio permiso para que Talese escribiera su libro y lo hiciese usando su nombre real. Estaba convencido de que así se haría famoso y podría vender a buen precio sus muchas colecciones que acumulaba en su casa de objetos diversos que nada tenían que ver con la observación. Gay Talese se puso manos a la obra. Escribió el libro, se lanzó la campaña que preparaba su llegada al mercado, se publicó un longform en The New Yorker , la cuna de lo intelectual en EEUU, y empezaron los artículos en prensa. Una investigación de The Washington Post ponía en cuestión el libro : Gerard Foos no pudo haber observado todo lo que dice que había observado porque su motel no fue suyo todo el tiempo que decía que lo había sido, aseguraban.

Y, aunque Talese señalaba una y otra vez que era un narrador poco fiable, las cosas se podían comprobar en ocasiones y demostrar que no eran reales. El asesinato que había presenciado era imposible de encontrar en los archivos policiales, por ejemplo. Que Foos había sido un voyeur, sin embargo, también era confirmable. Al Post le dijo que el libro se desmoronaba así, pero un día después ya lo estaba defendiendo. El voyeur vio cómo cambiaban las costumbres sexuales de sus huéspedes a lo largo de los años. Bueno, nada pasó con Gay Talese.

Han pasado 50 años desde que escribió la que ha sido considerada una de las cumbres del periodismo del siglo XX, y lo primero que él dice al respecto es que hoy nadie escribe de los hombres trabajadores. Van a restaurantes y a fiestas, toman vino, tienen a sus hijos en el mismo colegio. A mí me gusta escribir de ellos. Porque nadie ha escrito de ellos antes. Y en esto soy pionero. Y que no tiene celular. Nunca ha tenido y no le interesa tener. Los periodistas hoy no ven. Todos tienen uno de esos —dice apuntando al mío—.

Yo no. Hoy los periodistas se la pasan hablando con la gente que también tiene celulares. Solo basta que los observes en las calles, en el metro, todos mirando al suelo.

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Los periodistas se la pasan mirando al suelo, no ven el segundo ni el tercer piso. Solo se ven a sí mismos. El periodismo se ha transformado en algo tan insular. Porque no saben cómo hablar con ellos. Nunca han hablado con ellos. Han ido a muy buenos colegios. Han ido a Harvard, a Yale, a Stanford, a Purdue.

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Y cuando salen de la universidad, se juntan con estudiantes universitarios como ellos y luego van a trabajar a Nueva York, a Washington o a Boston, y se juntan con graduados como ellos mismos en universidades. Van a la misma piscina, a los mismos centros médicos, a los mismos centros de yoga y de pilates. Y se la pasan trabajando para pagar las cuentas. No me interesa escribir sobre él. Para mí, Trump no es nada.

El Presidente y la prensa son demasiado parecidos. Así, el Presidente prospera en las noticias. La actitud de los periodistas. Los periodistas obtienen placer y satisfacción atacando al poder, pero también obtienen satisfacción lastimando a las personas. No hay mucha compasión. Cuando tenía 20 años, los estadounidenses eran admirados.

Correo electrónico: sonia.

INFORMACIÓN ADICIONAL

Pese a las in- que fue a la Universidad de Alabama en Así, cronistas to. El nacimiento de un híbrido Segundo, paralelamente el manejo que ciencias sociales como la sociología, psicología, antropo- Para comprender la importancia del reconoci- logía, hicieron, en las primeras décadas del siglo miento de las características del nuevo periodis- XIX, de las estrategias investigativas de cada dis- mo como forma de expresión innovadora de la ciplina y las herramientas propias del reportaje, realidad, es necesario referirse brevemente a las afianzó el uso de técnicas como la entrevista, el condiciones sociales e históricas del surgimiento trabajo de campo, la observación participante, el del periodismo literario.

Se crearon de esta forma escritos muy que en un principio el periodismo narrativo fue próximos a la narración literaria, pero con un incomprendido. Y en tercer lugar se encuentra la forma en que escritores y Para la época en que Gay Talese entra en escena periodistas fueron influidos por las nuevas ideas con su trabajo, rebosante de creatividad, el pe- de reforma y revolución social, sin importar la riodismo literario se encuentra todavía siendo ideología que siguieran el ambiente se llenó de severamente criticado.

Los años sesenta marca- cambios, que propiciaron la preocupación por ron la aparición de un nuevo concepto de escri- abordar éticamente fenómenos sociales. Actualmente, el periodismo literario de Talese —usa la primera persona— en su época posee ya el estatus de género narrativo con todo de aprendiz de sastre en Italia y es un exponen- lo que eso implica —delimitación teórica y meto- te ejemplar del periodismo literario: Puede leer- dológica— pero sus inicios estuvieron marcados se como un cuento corto.

Comienza creando un por las críticas y el menosprecio de literatos y pe- ambiente, un entorno físico y emocional para in- riodistas, que asumieron polos opuestos, cuando troducir al personaje principal, un sastre experto la forma de escritura que estaba naciendo es pre- del pueblo de Maida, sitio que es el marco social, cisamente la conjugación de estas dos corrientes: económico e histórico de los hechos y que Talese es un híbrido entre literatura y periodismo.

Cuando una importante es la veracidad.

El punto clave aquí radica en la atención Talese, , p. Después de siempre nombres propios; Voguelandia Talese, leer esta crónica el lector tiene la sensación de es un buen modelo, ya que describe luga- haber recorrido New York al lado de Talese, y res y personas que trabajan en el campo de las mirar la ciudad a través de su sorprendente pers- grandes revistas de modas. Cuando compuso su texto , p. Aprovecha toda Por su parte el texto Nueva York, ciudad de cosas interacción y cada detalle cuando plasma en el inadvertidas Talese, contiene muchos ele- papel su crónica.

Es decir ciedad.

Dice al respecto Talese en Talese, , p. Es una escena que muchos una de sus entrevistas que aparece en la publica- padres han vivido, representa una situación de la ción en línea del periódico La Nación: vida cotidiana que se eleva aquí hasta la cons- trucción periodístico-literaria para dar cuenta de Publicar una historia de alguien que no sea famo- la realidad. Cuando logras eso, es el experimentar por sí mismo la situación o proble- arte de la escritura.

Y eso hace del periodista un ma y un tema inusitado, que pasa desapercibido. Con datos puntuales y nombres propios, el autor cuenta las difíciles situaciones de los gatos calle- La crónica del autor sobre Joe Louis, comienza jeros en Manhattan, a los cuales siguió y vigiló con un episodio totalmente ordinario, una esposa durante muchas noches, y subraya su iniciativa recoge a su cónyuge en el aeropuerto y lo increpa de ocuparse de ciertos temas que compone asu- por su aspecto. Talese expresa este aspecto en detuvo en seco. Lo que se busca es tratar de entender la dismo literario.

Su decisión A juicio de Talese, las características de fidelidad de publicar los apuntes del personaje en cues- y veracidad necesarias en entrevistas y redacción tión deja al espectador con la tarea de juzgar si de los textos, no se favorecen ni con la grabado- debe leer el texto, con la confrontación ética de ra, ni con el teléfono, que entorpecen los encuen- sumarse o no a la observación. Talese logra convencer a la gente de sociedad, el periodismo literario implica también que hable con él gracias a su forma respetuosa y una gran responsabilidad, término que aparece sincera de dirigirse a ellos; eso unido al manejo descrito y ejemplificado en un apartado del pró- del lenguaje con que reconstruye los encuentros logo de Norman Sims al libro Los periodistas li- Vol.

Pero la superficialidad de en general. El periodismo escrito, y en especial el narrativo, El periodismo literario también en un espacio profundiza en una situación o fenómeno, como que puede aprovecharse con intereses persona- se ha venido recalcando; Talese señala al respec- les. Mientras título de periodista para conseguir información. The New York ofrecer una perspectiva distinta de la realidad, Times. New York.